viernes, 5 de diciembre de 2008

Johnny Guitar


Desde hace unos meses he incorporado a mi dieta diaria una caminata matinal por el parque del ex­-Seminario, territorio comanche allá sobre las seis y media de la mañana, después de desayunar con los ojos medio sin abrir y sin acordarme, como cada día, de tomar el ginseng rojo, que dice mi compa que es definitivo para incrementar la potencia sexual.

Decía que, mientras caminaba por la sombra con mi walkman, iba escuchando Johnny Guitar, aquella inolvidable y emblemática canción interpretada por Peggy Lee, legendaria, mítica y divina cantante norteamericana de jazz y música popular de los años 50, nacida en Dakota del Norte, nominada a un Oscar por su papel en Pete Kelly's Blues, película que creo yo que poca gente ha visto y que casi nadie recuerda y que ni puta ni falta que les hace.

Aquí mismo dejo la canción en la voz de esa mujer, gracias al invento este que me he inventado -¿vos sos ingeniero?, me preguntaba una persona muy querida- y que me ha costado un huevo montar y que espero funcione como dios manda. Conecten los parlantes y los que sepan inglés, que disfruten también de la letra porque es una pequeña y triste maravilla.

El caso es que, con el aire fresco de la mañana me ha venido a la memoria la película, tan distinta de aquel realismo a lo John Ford que dominaba el wester clásico de la época, con la excelente interpretación de Joan Crawford y el inmortal diálogo entre Johnny y Vienna, tal como así:

Johnny: ¿A cuántos hombres has olvidado?
Vienna: A tantos como mujeres tú recuerdas.
Johnny: ¡No te vayas!
Vienna: No me he movido.
Johnny: Dime algo agradable.
Vienna: Claro. ¿Qué quieres que te diga?
Johnny: Miénteme. Dime que me has esperado todos estos años. Dímelo.
Vienna: Te he esperado todos estos años.
Johnny: Dime que habrías muerto si yo no hubiese vuelto.
Vienna: Habría muerto si tú no hubieses vuelto.
Johnny: Dime que aún me quieres como yo te quiero.
Vienna: Aún te quiero como tú me quieres.
Johnny: Gracias. Muchas gracias.

Esta plática tan pasional y apasionada tuvo tal repercusión en el mundo del cine que varios cineastas la reprodujeron en sus propias obras, como Jean-Luc Godard en El soldadito, André Techiné en Barocco o Pedro Almodóvar en Mujeres al borde de un ataque de nervios.

Termino, que me está reclamando para irnos a cenar por ahí. Igual me pido una pizza. Por solidaridad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por esta maravilla de música.