sábado, 4 de julio de 2009

Carmen Calvo dixit

Groucho Marx definió la política como ¨El arte de buscar problemas, encontrarlos, formular un diagnóstico falso y aplicar remedios equivocados¨. Sin discrepar un ápice de tan esclarecedor enunciado, puntualizo por mi cuenta que lo execrable de la política es que crea políticos que suelen alcanzar determinadas cotas de poder y que el poder político, valga la redundancia, engendra una especie de síndrome del prepotente que aleja de la realidad a quienes lo padecen. Adicionalmente, los rodea de un halo de estúpida arrogancia y los vuelve impermeables a la crítica y refractarios a la sensatez.

En esta línea de deficiencias neuronales, Carmen Calvo fue titular, en España, del Ministerio de Cultura, y ahora es vocal de las comisiones de Defensa e Igualdad y de Políticas Integrales de la Discapacidad. Las celebérrimas estupideces de esta mujer, surgidas de las más oscuras madrigueras de la ignorancia, no tienen nada que envidiar a las que atribuíamos a algunos personajes paraguayos hace unas pocas semanas. Estas son algunas.

Pontificando -nunca mejor dicho- sobre los vocablos o giros de origen inglés que se han ido incorporando a nuestra lengua, afirma, sin sonrojarse, que el ¨Español está lleno de anglicanismos¨. Seguramente, quiso decir anglicismos, pero confundió Gran Bretaña con el Vaticano. No es de extrañar: ¨Yo he sido cocinera antes que fraila¨, confiesa. Lástima que no lo siga siendo.

Prosigue dándole caña al idioma y establece, con absoluto desparpajo, que ¨Un concierto de rock en español hace más por el castellano que el Instituto Cervantes¨. Visto así, no sé qué hacemos gastándonos plata en tan inútil organismo. Lo aclara ella misma: ¨Estamos manejando dinero público y el dinero público no es de nadie¨. Menos mal, ya me quedo más tranquilo aunque, pensándolo bien, se trata de la misma filosofía de Vera, Roldán, Barrionuevo, Sancristóbal, Amedo y otros colegas del progresismo sociata, que acabaron en la cárcel por manilargos, o sea, por meter la mano en saco ajeno.

Obsesionada por la concertación del género -gramatical, claro- que les ha entrado a estas analfabetas, dice la Calvo que ¨Las señoras tienen que ser caballeras, quijotas y manchegas¨. En este punto discrepo totalmente con la ex­-ministra porque a mí, después de tantos años, me siguen gustando como me han gustado siempre, es decir, lindas, femeninas y cultas. Y si, como de paso, están bien buenas, pues mejor.

No aprobó la geografía del bachillerato. Asegura que ¨La romería del Rocío es la explosión de la primavera en el Mediterráneo¨. Hermosa frase… si no fuera porque el Rocío está en Huelva y Huelva está en el Atlántico. A nivel planetario, las cosas no mejoran: ¨Deseo que la Unesco legisle para todos los planetas¨. Los extraterrestres se van a mear de risa. Primero para el planeta de los simios, sugiero, primos hermanos al fin.

En Pamplona, en los Sanfermines, hablando con el alcalde, dejó caer otra perla: ¨Si quieres que te sea sincera, pensaba que solo se vestían así los cuatro que salen en la tele, corriendo el encierro. Mi hija de 4 años creía lo mismo¨. Podría ser ministra la niña. Están a la misma altura.

Hablando de la piratería, dedica un recuerdo a las palabras de Leonardo da Vinci cuando, según ella, sentenció que ¨Lo que mueve el mundo no son las máquinas, sino las ideas y, por lo tanto, defenderlas del plagio es una batalla necesaria para la sociedad¨. Mariscal de la derrota el tal Leonardo, porque la frase es de Víctor Hugo.

Un diputado, tras leer una cita de la ministra, añadió: ¨Carmen Calvo dixit”, a lo que ella, airada, replicó: ¨Ni dixie ni pixie, señor diputado, más respeto, que estamos en una sesión del Congreso¨.

Para terminar, creo que esta es la joya de la corona: ¨Me gusta madrugar para poder pasar más rato en el baño. Allí leo el diario, oigo la radio, pongo música y hablo por teléfono con los alcaldes en bragas¨. No deja claro si la que habla en bragas -bombacha- es ella o los alcaldes -intendentes- , pero me parece una conducta reprobable que requeriría algún tipo de explicación neurosiquiátrica.



FOTO - Dixie y Pixie, popular pareja de ratones en los dibujos animados de la televisión de 1958 a 1962, creados por Hanna-Barbera que, junto con el gato Jinks, hicieron las delicias de los niños de aquella época.

4 comentarios:

Ignacio dijo...

Desde luego que estas perlas de la exministra Calvo no desmerecen en nada a las otras a las que te referiste de la vida pública paraguaya. ¿Acaso alguien se sintió aludido? Ya dice, creo que el libro del Eclesiástico, "stultoroum numerus infinitus est" y es que la memez no distingue fronteras.
Un abrazo

Anónimo dijo...

PARA "GUAY" YO. Simplemente Paco.

Laura von Wiegert dijo...

!Excelente recopilación, FG! Lo mejor, tus comentarios. Tu blog mejora con cada nueva entrada. Lo he mostrado acá a algunos compañeros que hablan español y me preguntan si eres un escritor profesional o qué cosa. Cuando les cuento quién eres no acaban de creerselo.

Paola Neubert dijo...

Me cuesta creer que esas frases sean ciertas, dios mio... en fin, lo unico que queda por decir aqui es: Solamente hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana. Y no estoy segura de la primera........................