sábado, 29 de agosto de 2009

Agosto

Casi se me escapa el mes sin haber escrito una sola línea en el blog. He estado de vacaciones, en Jaca, medio agosto, y el otro medio muy ocupado en la revisión de estilo del texto de mi libro, de la mano de Laura, como hacen los buenos escritores, mirá vos. Laura sabe mucho de eso y me pone comas donde faltan, me quita algún que otro acento, me propone sinónimos cuando repito una palabra demasiadas veces, me sugiere dónde debería usar comillas y dónde no… ¡Una joya, esta chica!

Lo cierto es que tenía un par de temas en la recámara para este mes, pero con la movida que digo, se quedan ya para septiembre. Como los malos estudiantes en el hemisferio norte.

Este verano hemos estado solos, mi mujer y yo, en Jaca. Guillermo se fue a Berlín, Diego a Nueva Orleans y Jorge trabajando en el pantano de Mequinenza. Visitamos una reserva natural en pleno Pirineo y, después de muchos intentos, conseguí tomar una foto de un lince ibérico, que dicen que es muy difícil. Aquí os pongo la imagen para que veáis qué majo es el bicho ese, en peligro de extinción, el animalito.


Me dio está vez por recuperar y practicar algunas actividades aéreas que tenía medio olvidadas: el vuelo sin motor y el parapente. Muy cerquita de Jaca tenemos un aeródromo, el de Santa Cilia, donde se dedican a esas cosas; pagando, claro. Entre lo que te cobran por la avioneta de remolque para llegar a la térmica, el alquiler del planeador, el instructor y el seguro, te sale un ojo de la cara y casi el otro, así que, para no quedarme ciego, volé nada más que un par de horas en este planeador de la foto. Arriba, solo se oye el sisear del aire cortado por el velero. Sobrecoge un poco ese silencio.

El parapente es mucho más accesible. Ahí estoy volando algo inclinado, porque la corriente térmica que sube por la ladera de la montaña, -la “dinámica” se llama- me empujaba de lado. El instructor, que es el que va delante, me lo advirtió enseguida y pude corregir la posición sin ninguna dificultad. Mi mujer se empeñó en acompañarme, porque dijo que quería ser ella la primera en recoger y hacerse cargo de los restos de su marido. ¡Optimismo puro, sí!

Me olvidaba del libro. Aquello que empezó como “la historia de Hans” se va a llamar, definitivamente, “Katutura”, que es el nombre del suburbio negro de Windhoek, en Namibia, donde discurre la mayor parte del relato. Tendrá 112 páginas exactamente, y ya está diseñado todo, incluso tapas y solapas. Lo más probable es que esté editado para mediados de octubre. Algunos se apuntaron ya para recibir un ejemplar cuando publiqué en este blog uno de los capítulos. Si alguien más está dispuesto a soportarme, no tiene más que decirlo. Termino con la foto de Katutura, abajo.

Un par de tipos, que casi no se ven, están haciendo pipí al fondo a la izquierda. Evidentemente, no hay cuartos de baño en el barrio.

9 comentarios:

Laura dijo...

Cuidate mucho de andar loqueando con esas cosas. Sos un tarado. Me dan pánico hasta los juegos de disney, así que imaginate la impresión que me da eso.

Niki McGill dijo...

Excelente! me maté de la risa con la última foto...

Yo me apunto para el libro....

Gracias

un abrazo

Olgui dijo...

Hombre! No te me mueras "parapenteando" antes de ser un autor publicado y famoso!!! Yo quiero mi ejemplar autografiado de "Katutura" tambien!!!!!
Mil millones de besos.

Anónimo dijo...

QUIERO mi ejemplar!! sabes luego quien soy! la mas bruja de las brujas-- jaja

Anónimo dijo...

Excelente Felix! Me encantaron estos dos últimos posteos.

José Ignacio dijo...

Quién tiene la vez para el libro de Félix? Te envidio en tus locuras aéreas. Un abrazo

José María dijo...

No sabes la suerte que has tenido, tanto en sobrevivir al parapente como conseguir la foto del lince (cuánto le pagaste al bicho por posar ?)
Por supuesto apuntame en la lista de espera de la primera edición de tu libro
PD. Aún te espero en Barcelona

Oscar dijo...

El lince es mi animal predilecto, (despues del perro y el caballo), muy linda foto!!!!, los egipicios decian que la mirada del lince "atraviesa las paredes".
Un saludo
Oscar

Anónimo dijo...

acordate que quiero mi libro con la dedicatoria, entre la 4 y la seis cualquiera me va
un abrazo
guillermo